César Vallejo (2 poemas)

A mi hermano.

- In memoriam -

Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,
¡donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: "Pero, hijos ...".

Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores,
después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.


Miguel, tú te escondiste
una noche de Agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.

Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno... Puede inquietarse mamá.


















Los pasos lejanos

Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...;
si hay algo en él de amargo, seré yo.

Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huída a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.

Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.

Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.

Katty Caballero





















hermosa, hermosa, hermosa, hermosa... tantas veces hermosa que esa palabra se torna poca cosa y por eso la escribo debajo tuyo





















Tengo muchos motivos para dedicarte este espacio hermosa Katty Caballero y aunque tu nombre sea con 'k' o sin ella, el sólo pronunciarlo y leerlo me convierte cada vez en más humano, ahora sé que sudo, que al levantarme tengo irremediablemente que ducharme, sé que una criatura como yo está condenada a vivir siempre bajo la música de Diosas como tú.





















Adoro por fin el viento que sopla por las costas limeñas porque considero que es la única manera de acariciarte sin que sientas lo grotesco de mi tacto, si supieras como lo respiro y logro sentir tu perfume, me nutro con tu dulce brisa.

















Me encanta imaginar que me abrazas porque sólo así en épocas de frío logro conciliarme con esta húmeda ciudad.





















Cada paisaje limeño es por fin esperanzador cuando sé que tú desde algún lugar echas benevolentemente una mirada coqueta

















Cada que miro al cielo una sensación de lo divino me embarga, por fin creo en Dios como el más devoto, soy su cardenal aquí en la tierra y vivo agradecido de haber visto su señal, un ángel, tú.

Katty... ¿acaso es una locura escribir algo así? Locura es dejarte pasar sin hacerte un pequeño homenaje.

METALLICA en LIMA...!

















Monstruos del rock
Por El Búho

La noticia explotó como una bomba de relojería en los pasillos de las universidades, en las esquinas de los barrios, en 'El hueco', 'Polvos azules', en los puestos de música de Galerías Brasil y el jirón Quilca, en Miraflores, Los Olivos y San Juan de Lurigancho: ¡¡Metallica oficializó su concierto en Lima para el 19 de enero!! La mítica banda de Los Ángeles, California, abrirá nada menos que en Lima su gira latinoamericana que los llevará después por Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela. Los mensajes atoraban las ediciones en línea de los diarios: 'Ya puedo morir tranquilo'. '¡Lima, por fin, ingresó al circuito de los grandes conciertos! ¡Que sea en el Monumental, adentro, y no en la explanada!", y así habían cientos. La noticia no pudo llegar en mejor momento. En plena resaca del brillante concierto de los Depeche Mode y la deslumbrante performance de los míticos Pet Shop Boys, llegó esta noticia que trajo como yapa la certeza de que los empresarios van a traer en el 2010 a U2 y Paul McCartney, que tienen agendada a Sudamérica para su gira mundial.

















Este Búho y todos los amantes de la música debemos darle las gracias a Roger Waters, el monstruo líder de Pink Floyd, que incluyó a Lima, arrochada por las grandes bandas, en su tour mundial. La fastuosidad, el virtuosismo, la dramatización de la propuesta del genio dejó boquiabiertos a los privilegiados asistentes a la explanada del 'Monumental'. Vi a muchos llorar cuando un coro del colegio Cambridge lo acompañó en 'Another break in the wall' (Otro ladrillo en la pared), mientras su chanchito volador... se perdía en los cielos de Ate. Después, todos siguieron a Roger Waters: The Doors, Boy George, Iron Maiden, Peter Gabriel, Kiss, B 52, New York Dolls y Oasis. Leía, en una importante revista colombiana, la frustración que tienen al comprobar que Lima ha desplazado a Bogotá como una plaza fija de la llegada de los grandes grupos de rock mundial. El maldito terrorismo de Sendero y el MRTA impidieron que el alucinante concierto de Amnistía Internacional con Peter Gabriel, Sting, Sinéad O'Connor y Tracy Chapman, llegara a Lima, a inicios de los 90. También ahuyentaron a Bon Jovi. La derrota del terrorismo, junto a la estabilidad económica y política en la que se encuentra el país, el auge turístico, hotelero y gastronómico, nos hace apetecibles para las mismas estrellas -los Pet Shop Boys se enamoraron de Lima, su pisco sour y restaurantes y se quedaron dos días más- y esperamos que vengan más grupos para recuperar el tiempo perdido.



















Una interrogante: ¿llegarán los Rolling Stones?

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Los amorosos (Jaime Sabines).

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre "¡qué bueno!" han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.

Jaime Sabines.

DOS LOBOS, DOS ESCRITORES

Y quién no tiene al lobo oculto esperando tras las estepas dar el salto?
seguramente en algún momento de nuestras aturdidas vidas hemos detestado el mundo entero porque sí, por ser tan grande e indiferente, hemos odiado las risas candentes de los felices ocasionales, los besos voraces de los amantes furtivos y hasta las dulces palabras de algún ser que por motivos desconocidos nos quería, sí ..., somos los lobos esteparios, raras especies solitarias y energúmenas.

El Lobo Estepario

Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no pudo conseguirlo.

El lobo estepario tenía, por consiguiente, dos naturalezas, una humana y otra lobuna; ése era su sino. Y puede ser también que este sino no sea tan singular y raro.

En Harry... en él no corrían el hombre y el lobo paralelamente, y mucho menos se prestaban mutua ayuda, sino que estaban en odio constante y mortal, y cada uno vivía exclusivamente para martirio del otro, y cuando dos son enemigos mortales y están dentro de una misma sangre y de una misma alma, entonces resulta una vida imposible. Pero en fin, cada uno tiene su suerte, y fácil no es ninguna.

Ahora bien, a nuestro lobo estepario ocurría, como a todos los seres mixtos, que, en cuanto a su sentimiento, vivía naturalmente unas veces como lobo, otras como hombre; pero que cuando era lobo, el hombre en su interior estaba siempre en acecho, observando, enjuiciando y criticando, y en las épocas en que era hombre, hacía el lobo otro tanto. Por ejemplo, cuando Harry en su calidad de hombre tenía un bello pensamiento, o experimentaba una sensación noble y delicada, o ejecutaba una de las llamadas buenas acciones, entonces el lobo que llevaba dentro enseñaba los dientes, se reía y le mostraba con sangriento sarcasmo cuán ridícula le resultaba toda esta distinguida farsa a un lobo de la estepa, a un lobo que en su corazón tenía perfecta conciencia de lo que le sentaba bien, que era trotar solitario por las estepas, beber a ratos sangre o cazar una loba, y desde el punto de vista del lobo toda acción humana tenía entonces que resultar horriblemente cómica y absurda, estúpida y vana. Pero exactamente lo mismo ocurría cuando Harry se sentía lobo y obraba como tal, cuando le enseñaba los dientes a los demás, cuando respiraba odio y enemiga terribles hacia todos los hombres y sus maneras y costumbres mentidas y desnaturalizadas. Entonces era cuando se ponía en acecho en él precisamente la parte de hombre que llevaba, lo llamaba animal y bestia y le echaba a perder y le corrompía toda la satisfacción en su esencia de lobo, simple, salvaje y llena de salud.

Así estaban las cosas con el lobo estepario, y es fácil imaginarse que Harry no llevaba precisamente una vida agradable y venturosa. Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño, no veían nunca en él más que uno de los dos lados. Algunos le querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía, por lo mismo, principalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indómito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producía luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad.

La bidivisión en lobo y hombre, en instinto y espíritu, por la cual Harry procura hacerse más comprensible su sino, es una simplificación muy grosera, una violencia ejercida sobre la realidad en beneficio de una explicación plausible, pero equivocada, de las contradicciones que este hombre encuentra dentro de sí y que le parecen la fuente de sus no escasos sufrimientos. Harry no está compuesto de dos seres, sino de ciento, de millares. Su vida oscila (como la vida de todos los hombres) no ya entre dos polos, por ejemplo el instinto y el alma, o el santo y el libertino, sino que oscila entre millares, entre incontables pares de polos.

(Herman Hesse, escritor sueco-aleman, premio nobel de literatura en 1946)






















Hace algunos años en un libro viejo encontré un poema de Rubén Darío "Los motivos del Lobo" y llamó poderosamente mi atención aquellas dulces y dolorosas frases, cuánta verdad, demasiada. Con Uds. "Los Motivos Del Lobo".

Los motivos del Lobo - Rubén Darío

El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
¡el lobo de Gubbia, el terrible lobo!
Rabioso, ha asolado los alrededores;
cruel, ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertos y daños.

Fuertes cazadores armados de hierros
fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros,
como de cabritos y de corderillos.

Francisco salió:
al lobo buscó
en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verle se lanzó feroz
contra él. Francisco, con su dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: «¡Paz, hermano
lobo!» El animal
contempló al varón de tosco sayal;
dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas,
y dijo: «!Está bien, hermano Francisco!»
«¡Cómo!» exclamó el santo. «¿Es ley que tú vivas
de horror y de muerte?
¿La sangre que vierte
tu hocico diabólico, el duelo y espanto
que esparces, el llanto
de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de Nuestro Señor,
no han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te ha infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?»

Y el gran lobo, humilde: «¡Es duro el invierno,
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer; y busqué el ganado,
y en veces... comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor,
a los animales de Nuestro Señor.
¡Y no era por hambre, que iban a cazar!»


Francisco responde: "En el hombre existe
mala levadura.
Cuando nace, viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.
Tú vas a tener
desde hoy qué comer.
Dejarás en paz
rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!"

«Esta bien, hermano Francisco de Asís.»
«Ante el Señor, que toda ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata.»
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, que a su vez le alargó la mano.

Fueron a la aldea. La gente veía
y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y, bajo la testa, quieto le seguía
como un can de casa, o como un cordero.

Francisco llamó la gente a la plaza
y allí predicó.
Y dijo: «He aquí una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo;
me juró no ser ya vuestro enemigo,
y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios.» «¡Así sea!»,
Contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal
de contentamiento,
movió la testa y cola el buen animal,
y entró con Francisco de Asís al convento.

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo
en el santo asilo.
Sus bastas orejas los salmos oían
y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos
cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía,
el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle,
iba por el monte, descendía al valle,
entraba a las casas y le daban algo
de comer. Mirábanle como a un manso galgo.

Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo
dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo,
desapareció, tornó a la montaña,
y recomenzaron su aullido y su saña.

Otra vez sintiose el temor, la alarma,
entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto en los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera
no dio treguas a su furor jamás,
como si estuviera
fuegos de Moloch y de Satanás.

Cuando volvió al pueblo el divino santo,
todos los buscaron con quejas y llanto,
y con mil querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.

Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña
a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.

«En nombre del Padre del sacro universo,
conjúrote» dijo, «¡oh lobo perverso!,
a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho.»

Como en sorda lucha, habló el animal,
la boca espumosa y el ojo fatal:

«Hermano Francisco, no te acerques mucho...
Yo estaba tranquilo allá en el convento;
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas empecé a ver que en todas las casas
estaban la Envidia, la Saña, la Ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos
y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos:
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como un agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.
Y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad.»

El santo de Asís no le dijo nada.
Le miró con una profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
que era: «Padre nuestro, que estás en los cielos...»

BLAZE STARR, UNA LLAMA ARDIENTE






















Salvaje, caliente, pelirroja... Blaze Starr se ganó por méritos propios el título de la "Llama más ardiente del burlesque". Sus actuaciones estelares se contaron entre las mejores de la Costa Este durante años y sus encantos hicieron las delicias de muchos hombres, inlcuido John F. Kennedy, con quien intercambió algo más que caricias durante la campaña electoral de 1960.
















Nacida en el caluroso sur, en Virginia, Blaze Starr fue descubierta mientras trabajaba como guardarropa en un garito de Baltimore. Como la mayoría de sus compañeras en el Olimpo de las bailarinas tuvo una carrera meteórica. Su exótico baile tocando los tambores como si estuviera en medio de la jungla se hizo tan legendario como su melena roja y su cuerpo exuberante.
















Pero además de reinar en el escenario, Blaze también brilló en las fotografías de pin-ups e incluso probó suerte en la gran pantalla. En 1960 protagonizó uno de los "nudies" más famosos de la historia, "Blaze Starr Goes Nudist". Otra película protagonizada por Paul Newman y Lolita Davidovich, "El escándalo Blaze" (1989), recreó con más o menos acierto parte de su azarosa vida.



Pet Shop Boys en Lima...!

A pocos días del concierto que brindará la banda bitánica en Lima, se anuncia que será una fiesta extremadamente visual, para ello se cuentan con pantallas gigantes con tecnología de última generación, el evento ha sido calculado sólo para 10,000 personas (es lo que pidieron los Pet Shop Boys) y en las próximas horas se presume se agotarán todas las entradas que restan.
El tour busca promocionar el último álbum de la banda titulado Yes, que salió a la venta el 21 de abril de este año y que incluye éxitos como: Love Etc. y Did You See Me Coming, sin embargo, sus emocionados seguidores también esperan entonar sus temas clásicos como Always On My Mind, West End Girls, It’s A Sin, Go West, Suburbia, Domino Dancing, What Have I Done To Deserve This?, New York City Boy, Rent, Opportunities, Heart, So Hard, entre otros.
Neil Tennant y Chros Lowe han cautivado a todas las audiencias del mundo, tanto en Europa como en Estados Unidos, y ahora se encuentran en América Latina, recibiendo las mejores críticas.
El grupo se presentó anoche en el Citibank Hall en Río de Janeiro, Brasil, luego de actuar el 7 de octubre en Santiago de Chile y realizar tres conciertos en México el 30 de setiembre y el 1 y 2 de octubre.
Previamente, el dúo británico llevó su tour mundial a Montreal y Estados Unidos, en ciudades como Nueva York, Washington, Boston, Miami, Tampa, Atlanta, Chicago, Orlando y Los Ángeles.
El martes 20 se presentará a las 21:00 horas en el Jockey Club de Lima.

CARTA DE UN CADÁVER

He sucumbido al sabor mortal del Vodka y al alcoholismo del amor.
Fue curiosa la mnera en que morí.
Ayer por la tarde Marieu, te pensé pensando en mí, las tardes son tan repugnantes que casi no las soporto, estuve sentado casi todo el día en las gradas de la catedral, el cielo gris caía en gotas sobre el suelo lavado y las flores preñadas reventaban mostrándome lo distinto, como si ellas dóciles y frescas... discreparan con mi dolor, mi nostalgia. Las campanas sonaban y las gentes se cubrían con periódicos nefastos del aguacero, un vehículo policial pasó rapidamente lanzando sus luces sobre mí, lo vi alejarse llorando al mundo, un perro se me acercó, flaco y tímido, saqué de entre mis ropas unas galletas que tenía reservadas para cuando me de hambre y aquél sucio perro se parecía tanto a mí, que le di de comer y se quedó quieto a mi lado, cristo adentro estaría caliente, recordé un poema.

"Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Estaba cansado Marieu, me recosté allí mismo y el perro me miró con ojos húmedos, lanzaba chillidos como intentando quitarme las ideas, pero..., ahí en las afueras de la casa de Dios me sentí cómodo, llevaba años sin entrar, el perro ladraba muy despacio mientras con su pata me tocaba por las costillas, la herida de Dios.
- No comprenderás perrito - le dije, y el perro insistía con su pata en su indesmayable toqueteo - Ha vuelto, Marieu ha vuelto y siento que quiero morir, que las fuerzas me abandonan, que ya logré mi cometido y que puedo morir en paz, en las gradas de esta casa, entiende perro tonto, ve y cobíjate en algún otro lugar, tienes carisma, y por lo menos yo me he agradado cotigo desde que te conocí, te habrán lanzado a la calle desde cachorro y te hiciste perro mirando el río bajo el puente, habrás escuchado el silbido del viento mientras ahí abajo las aguas murmuraban viejos coros, tienes carisma te digo, ve y déjame aquí que yo que vengo seguido a este lugar sé bien, que Cristo sigue... y seguirá crucificado-.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.


Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!"

(César Vallejo - Los Heraldos Negros).

Entonces el perro se alejó y me di cuenta que era marrón, lo había creido negro, me ladró fuerte y se acercó, su hocico húmedo me tocó la nariz y me movía la cola - ¡Fuera perro! ¡déjame morir! - y como comprendiéndolo, ese animal de cuerpo tibio y marrón se fue, cruzó la calle, un hombre que fumaba lo pateó, lanzó su cigarro al pavimento y se dejó devorar por una de esas casas, el perro metió la cola entre sus patas y huyó, perdiéndose para siempre. Giré boca arriba y veía como lentamente la lluvia bailaba de una lado hacia el otro como un triste vals. Me encontraron al día siguiente, ya nadie asiste a las iglesias Marieu, fue así que morí un día que nadie fue a misa, un día que sólo yo regalé unas galletas en las afueras de la catedral y Cristo sangra, mientras su corona de espinas se profundiza, se hunde en ese cráneo pesado, ese día morí yo y fui el único testigo.