MARIO POGGI

Biografía

Niñez

Mario Poggi nació en la ciudad de Lima (capital de la República del Perú) en 1945 Fue criado en una familia disfuncional. Se sabe poco de sus padres. De niño mostraba interés por la psicología.
Estudió en el Colegio Parroquial Walter Junta Shuriken, en Barranco (Lima), donde era tildado de “genio”. Con su carácter extrovertido influyó a varias personas de su escuela (entre ellas, al mismo director Walter Junta). En 1960 (a los 15 años de edad) egresó con Excelencia de Honor del Colegio San Julián, dirigido por el historiador Gustavo Ponz Musso.

Juventud

Estudio psicología en la Universidad Ricardo Palma (Lima), donde recibió un primer título básico de Bachiller de Psicología. En esa época se adiestró en el arte de la ventriloquía. Pronto se fue del Perú, para seguir sus estudios y correrías por Europa. Emigraba cada cierto tiempo, estuvo por España, Francia, Italia.
Pasó por las facultades de medicina de las Universidades de Ferrara y de Hamburgo. Estudió arquitectura y bellas artes en la Academia Real e Instituto Superior de Lieja. Estudió criminología en la Universidad Católica de Lovaina. En ese tiempo, escribió dos libros: Mi primer pajazo (1970) y Sólo sé que soy un imbécil (1975).
Noticias periodísticas publicadas por el diario El Tiempo de Piura, dan cuenta de que Mario Poggi trabajó en esta ciudad a mediados de los 70, en una repartición de SINAMOS (La oficina regional de movilización social II - Piura). Incluso se casó con una dama piurana, Carmen Manrique Argüelles, de la cual se divorció. Del matrimonio se conocen dos hijos, la mayor es periodista, oficio familiar del lado materno.
En 1980, a la edad de 35 años, regresó al Perú. Trabajó como fonomímico con el payaso Carlos Pat, Cayo Pinto y Rulli Rendo. Consiguió trabajo como psicólogo en la Policía Nacional del Perú.

Asesinato

En 1986, una ola de paranoia inundaba Lima. En los basurales aparecían piernas y troncos femeninos, así como cabezas desfiguradas. Los diarios aprovecharon para vender la alerta: ¡El Descuartizador de Lima!
La policía finalmente atrapó al principal sospechoso, Ángel Díaz Balbín, un joven de 26 años (1960). Fue interrogado por la policía limeña, acusado de al menos 20 asesinatos. En un momento del interrogatorio, Díaz Balbín alegó ser paranoico. Entonces la policía mandó llamar a Poggi para que verificara la historia.
Al día siguiente Poggi —vestido como siempre de manera estrafalaria— ingresó al antiguo local de la revista sensacionalista Caretas (en el jirón Camaná, del centro de Lima) y pidió hablar con Jorge Negro Salazar, redactor principal de la revista. “Vengo de estar con el descuartizador de Lima. Soy Mario Poggi, soy psicólogo de la PIP, si quieren los llevo para que vean cómo lo hipnotizo al asesino y lo hago confesar sus espantosos crímenes”.
Salazar llamó al fotógrafo de la revista y en un taxi llegaron al viejo local de Homicidios, en la avenida España. Los policías trataban de “doctor” a Poggi. Ante su pedido, los policías llevaron esposado a la oficina a Díaz Balbín (casi esquelético y con la barba crecida). Poggi empezó un extraño ritual, tocándole la cabeza al prisionero, que no emitía sonido alguno. “¡Eres el descuartizador —gritaba Poggi ahuecando la voz—, aquí en el cráneo puedo palpar tu inteligencia asesina”.
El artículo de Salazar, con las fotos de Poggi “analizando” a Ángel Díaz Balbín, fue primicia. Lima respiraba aliviada con la noticia de su captura.
Dos días después, sin embargo, en el noticiero de televisión apareció el psicólogo Poggi, llorando en la oficina de Homicidios y gritando: “¡Yo salvé a la humanidad! ¡Acabé con el monstruo!” Efectivamente, el “doctor” había pedido al oficial de turno que le trajera al prisionero con los brazos esposados a la espalda. Pidió entrevistar a solas al asesino serial. Díaz Balbín desesperaba a Poggi con su gélido silencio. Según la versión de Poggi, cuando estuvo solo con el sospechoso, se quitó las ropas y también desnudó al detenido. Intentó excitarlo, porque quería que le mostrara cómo violaba a sus víctimas antes de matarlas y cortarlas. El detenido no respondía a sus provocaciones. Después de una hora de entrevista Poggi acostó a Díaz Balbín boca abajo (inmovilizado como estaba, de pies y manos). Sacó la correa de cuero de sus pantalones con el detenido echado boca abajo y lo estranguló. Luego se vistió y salió de la habitación en la que se había encerrado con Díaz Balbín. Comunicó a sus compañeros policías que lo había estrangulado porque Díaz Balbín, con su locura, pronto hubiera salido nuevamente a matar a las calles.
Su juicio fue una especie de chiste y Poggi se comportó como un showman. Cuando fue interrogado durante el juicio por asesinato contra Balbín, Poggi aseguró que había sido inculpado, y alegó que él —con 45 años de edad— era “muy viejo para matar a ese chico”. Fue condenado a 12 años de prisión, pero sólo estuvo 4 años y 8 meses en el penal de San Jorge, de Lima (Perú).

Celebridad

En 1991 Poggi salió de la cárcel. Se convirtió instantáneamente en una celebridad. Fue invitado a cuanto programa de TV estuviera falto de rating y ávido de una presentación bizarra.
En 1997 logró publicar su autobiografía, en una pésima edición con letras verdes, llena de errores ortográficos, tipográficos y de edición —según la editorial, para respetar el mensaje original—. Luego de un capítulo inicial con citas delirantes, algunos pasajes de su vida —donde mezcla personajes populares con personalidades de la cultura limeña—, y un capítulo final con sus dibujos y con las críticas de arte hechas a sus esculturas.
Mi crimen al desnudo (2001)
En el año 2000, Poggi participó —haciendo de sí mismo— en la filmación del largometraje Mi crimen al desnudo, de Leónidas Zegarra, que se estrenó en 2001. El proyecto comenzó en 1998, cuando un grupo de estudiantes de cine quiso llevar a la pantalla grande la historia del asesinato del criminal en serie Ángel Díaz Balbín en manos del psicólogo Mario Poggi. Zegarra fue invitado a participar del proyecto como director. El filme se financió mediante préstamos. Los equipos se adquirieron en convenio con una productora. El presupuesto —como en todas las películas de Zegarra— fue bajísimo (11.000 dólares) y por eso, según la versión de Zegarra, se llegó a un acuerdo con los actores (Mario Poggi, Américo Zúñiga, Yesabella, Rossi War, Víctor Ángeles y Wilmer Ato) para pagarles cuando la película se comercializara y se recuperara la inversión.
Mi crimen al desnudo se estrenó en dos cines limeños (Excélsior y Tacna). No hubo dinero para la campaña publicitaria y sólo se explotó la popularidad de las vedettes que participaron en la película (como Martha Yesabella Vásquez Chávez). También se hicieron canjes con diarios de poca monta, que publicaban los anuncios a cambio de entradas al cine. La inversión no se recuperó en su totalidad y para salir de las deudas se lanzó un remake con el nombre, por demás sugerente, de Vedettes al desnudo.
Argumento: el psicótico Ángel Díaz Balbín atemoriza la ciudad de Lima, asesinando prostitutas. La policía le sigue el rastro y lo captura, pero Díaz Balbín se resiste a confesar sus crímenes. Para obligarlo a hacerlo llaman al psicólogo Mario Poggi, quien logra hacerlo confesar. Sin embargo, Poggi cree que la excarcelación de Díaz Balbín es inminente por lo que decide matarlo con su correa.

Vida actual

Poggi ha decidido vivir alejado de la psicología. Se dice a sí mismo “Loco”, se tiñe el cabello de verde.
En 2006, armó un partido político y se postuló para presidente del Perú. Su eslogan decía:
Partido LaRe
(La Reconchatumadre)
agrupación coprolálica
Mario Poggi Estremadoyro
Presidente del Perú 2006-2011
Marque la Correa Vengadora
Nota: Si usted tiene su DNI (Documento Nacional de Identidad) automáticamente es del partido
Cuando los medios se cansaron de Poggi, terminó como vendedor ambulante, cantando, hablando y vendiendo sus libros en el parque Kennedy, en el barrio Miraflores (Lima).
En mayo de 2007 armó un revuelo nacional al sacar a la luz a un supuesto hijo del periodista Jaime Bayly. Resultó ser un fiasco (una persona meramente parecida a Baily, que utilizó la fama de Poggi para hacerse propaganda)

Vida privada

Vive en Lima con Julia, su pareja (profesional química). Poggi tiene cinco hijos: Karla, Lorena, Ernesto, Neurona H2O [que es la fórmula química del agua] y Raúl Alfonso. Asegura tener más hijos en Europa, que no reconoció.
Es imitador, ventrílocuo y fonomímico. Habla cuatro idiomas. Es también escultor, escritor y periodista. Polémico y discutido. Carismático, creativo, navegante, viajero, expedicionario, actor, hábil contador de chistes y luchador de judo. Dice dominar el hipnotismo y la sugestión. Es disléxico, “igual que grandes genios de la historia, como el científico Honorio Delgado, el ex presidente Bustamante y Rivero, el presidenteJohn F. Kennedy o el general Patton”.

Obras

Mi primer pajazo (1970).
Sólo sé que soy un imbécil (1975, autobiográfico). Lima (Perú): El Siglo, 1997.
El decálogo de la correa vengadora (años noventa), texto que se refiere al cinturón con que mató al psicópata Balbín.

Enlaces externos

http://mariopoggi.blogspot.com (sitio personal de Poggi)