ERNESTO SÁBATO - El adiós al maestro

Hoy me levanté con desgano..., había bebido la noche anterior en una cíclica, repetible y gemela borrachera de dé jà vú consecutiva, Las notas entremezcladas de la banda 'Dosis' invadía el lugar cuando Frank Turlis (mensajero 'casi siempre' de buenas y esperanzadoras noticias) me dijo mientras cogía entre sus manos delgadas una lata de Cerveza 'Ernesto Sábato murió'. Recordé con espanto aquél libro de Benedetti cuando hablaba del morir ' Morir es el derrumbe, es el abismo, la nada...'

Hoy al sentarme sin concentración pero con ganas, de escribir algo sobre el maestro (así de pretencioso suelo ser) me enteré del asesinato de Bin Laden por manos de las fuerzas americanas y pensé ' Al carajo con Bin Laden y las asquerosas fuerzas americanas, ha muerto Ernesto Sábato y nada merece mayor interés para mí.












Es así que aquí escribiendo estas líneas siento el imperativo deseo de saludar a Ernesto Sábato. La primera vez que lo vi fue en una revista vieja, era una foto desgarradora. Sábato anciano, estaba parado frente a la ventana de su cabaña y su mirada era desoladora, los bosques habían muerto para ese escritor desgarrador, él fue el único que fue capaz de descubrir mis secretos enfermizos, él fue exactamente el desmantelador de misterios encubiertos por mi enrarecida forma de ser, muchas veces colérico y energúmeno. Fue suficiente leer 'El Túnel' para sentir ansias de seguir la obra de tan humano escritor, tanta humildad, Ha de estar con Benedetti escribiendo las mejores hojas que lengua humana haya desarrollado jamás. Adiós Ernesto Sábato, se ha ido un hombre justo, el mundo no lo merecía tanto tiempo maestro.